viernes, 21 de agosto de 2009

No me acostumbro a verte solo de lejos, no puedo evitar sentirme mal al ver tus fotos y ver que tienes nuevas amistades las cuales te abrazan como si te conocieran desde siempre. No puedo… no cuando yo debería ser la que te abrace como si fueras mío, mi propiedad, mi amigo y mi todo.

Desde que te fuiste quise que te distrajeras porque eso mejoraría las cosas entre los dos, nos ayudaría a no extrañar… a olvidar; pero ahora que veo que pudiste me siento decaída, triste, confundida, enojada… más que contigo conmigo misma… es una sensación horrible. Sentir que poco a poco pierdes importancia, que te olvidan, que otra persona te suplanta… aunque suene algo penoso se siente como si valieras muy poco y hasta quizás nada.

¿Llorar? ¿Para qué?, no sirve de nada cuando nadie te va a escuchar ni mucho menos entender… me siento mal, tengo ganas de correr a ver si te encuentro o por lo menos llamarte y decirte todo, pero sería estúpido… por tres simples razones.

No estás aquí.
No te encontraré.
Lo nervios no me dejaran hablar.


Siento miedo, miedo de tus amigas, de ti, de tu reacción, de tus cambios, de mi estado.

Lo peor es no saber que hacer, si gritar o resignarte. Creo que la segunda opción sería más efectiva para ti, aunque a mi me lastimará. Una vez más se dio vuelta todo.

No hay comentarios: