viernes, 21 de agosto de 2009

"Luego de meditar, sigo con ganas de querer llorar. Me cuesta mirar de frente siendo que no yo la que tengo la culpa pero a la vez tengo información de sobra en mi cabeza.

Lanzo blasfemias de frustración cada vez que puedo, me siento incapacitada para hablar y pensar con razón. Ahora duermo con un cuaderno y un lápiz por si en la noche me ataca la angustia y por si puedo responder y debatir en silencio con mis escritos.

Todo esta más que claro, pero mi cabeza lucha por desmentirlo y por no creer lo que pasó. ¡No puedo hacer nada porque es más fuerte que yo!, perdí una batalla sin si quiera estar preparada.

En la ducha mis lágrimas se mezclaron con el agua que caía. Mis ojos rojos los excusé por el shampoo.

Gracias a Dios. Aún así, lo admito, estoy aterrada, no quiero que me pregunten algo que no sabré con certeza. Sin exagerar, no soy la misma de hace un día atrás.







Te quiero pero no puedo evitar imaginarme lo que pasará algún día. Ojalá me perdones."

No hay comentarios: