martes, 23 de septiembre de 2008

"No"

No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, no hay que estar triste si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil, ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí, constante en su inconstancia cuando vos, cuando yo -pero por qué nombrar el polvo y la ceniza. Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra. Sólo dura lo efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga, esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía, las torres del maíz, los ciegos montes. Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo, no nos movemos del terror y la delicia, y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón, cómo corren las nubes al futuro.

jueves, 18 de septiembre de 2008

"No hay tal crisis"

No hay tal crisis. Una dice no hay tal crisis mientras tira un par de platos al piso. Una dice no hay tal crisis y se ríe con su mejor cara de bolida. Una dice no hay tal crisis y saca un turno en la peluquería. No hay tal crisis y te pones kilos de tapa ojeras. Una vez que aceptas que la crisis es tal crisis estas preparado para aceptar que hay tal crisis. Una dice no hay tal crisis y rompe lo que tiene a mano. Una dice no hay tal crisis y hace steps como loca. Una pone su mejor cara de bolida y dice no hay tal crisis, pero tarde o temprano llega el día en donde la crisis tiene el tamaño de una estría y ahí hay que aceptarla. Se puede negar la crisis un día, un mes, un año, pero llega ese día en que la crisis te explota en la cara. Atravesar la crisis es como pasar el pelo por agua oxigenada. Cuando llega la crisis uno cree que es el final, que se termina todo. Pero en realidad ahí empieza todo. Atravesar una crisis es como pasar por un buen cirujano plástico. Sos la misma pero distinta. Dan miedo las crisis. Uno le teme a lo desconocido casi como un mal peluquero. En chino, en japonés, en coreano, en tailandés, en algún idioma oriental, crisis significa oportunidad. Las crisis son como los años. Te sorprenden y no te queda otra. Hay que enfrentarlos y llevarlos. La crisis es un viaje de ida, pero también puede ser un viaje de vuelta.