viernes, 10 de julio de 2009

¿Alguna vez se sintieron tristes sin razón?
¿Alguna vez confundieron la vida con un sueño?
¿Alguna vez sintieron que algo se quebraba por dentro sin saber que era?
¿Alguna vez viajaron a gran velocidad con la mente, estando quietos?
¿Alguna vez la soledad los empujo tan profundo que jamás pudieron volver?
¿Alguna vez soñaron con tocar el cielo con las manos?
Hoy fui al lugar donde ya no quedaba lugar donde ir. Donde el valle plateado se funde con el profundo azul del cielo. Donde los sueños dorados son miles de rayos que queman la piel. Allí donde se respira la tarde, ese rocío de esperanzas que desciende lentamente sobre mi rostro. Donde se funde lo azul con lo azul, lo profundo con lo infinito, lo triste con lo bello. A pesar de todas las desilusiones en el cielo se esconde la libertad. Ahí están esos ojos donde el sol se posa, esos ojos donde el brillo ya no existe. pero aun así el sol está ahi. ¿Qué es lo que ocultan las nubes detrás del intenso gris? Quizás sea una gran tormenta o tal vez una dulce lluvia. El lugar donde ya no queda lugar donde ir: Al borde del mar y el cielo. Ya no hay más salidas, Donde puedo saltar y caer, donde puedo correr sin saber a donde ir, Donde todas las palabras que no pude decir caen sobre el parpado cansado y se cierra, rompiendo la fragilidad con esa lágrima pesada.
Olvidando los colores y a mí.

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