domingo, 7 de febrero de 2010

Quiero para ti, el mejor mundo.
Y preparo para ti la mejor sonrisa de 24 horas, la mejor canción de cuna, el mejor desayuno divertido, la mejor comida japonesa, el mejor chocolate caliente para acompañar con pan para cenar.
Quiero para ti un arcoiris chorreando magia;
colores inventar, palabras malabarear.

Guardo para ti una fortuna de paisajes, olores mixtos e incombinables sensaciones en un baúl brillante con inmensas sorpresas.
Tengo para compartirte mis trescientos sesenta y cinco días de cada año.
Y desespero un poco, porque te quiero fuera, para que veas de verdad que la noche tiene incontables estrellas
y que le acompañan cuál música de violines, las patas de grillos que tratan de seducir al alba.
Que el tiempo corría rápido para que tu estuvieras ya pisando con fuerza. Que la luna cambia de forma y que algunos días más que otros el sol quema la piel hasta dejarnos rojos.
Que los árboles son de diferentes verdes y de diferentes formas. Que existen unos insectos pequeños llamados asqueles y que a mi cuando era pequeña me hacían gracia. Que la risa se contagia.

Que eres tu una fortaleza aún sin tener formados todos tus músculos.
Y que ya te espero,

y te advierto...

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