miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Qué era eso?¿El filo de una navaja o el jadeo de mis uñas por su espalda? Pasamos de la más absurda abstracción a la más desnuda figuración de los recuerdos. Del quítame lo que llevo puesto y palpa mis pinturas de guerra.

Recordando y viviendo de nuevo los días de lluvia que se me ponían bajo la falda y que tú convertías en tormenta. Jamás había sentido en mi propia carne la libertad de estar preso en alguien. Ahogándonos las manos; multiplicándonos en gozo.

Que nos fuimos a juntar el asesino y el suicida; y aún con más ganas. Dispuestos a todo de nuevo, dispuestos a recuperar el tiempo perdido.

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