domingo, 22 de febrero de 2009

El amor nos ciega, nos mata, nos hunde. Perdemos nuestras fuerzas, ya no podemos luchar. Nos apartamos del mundo, en un mundo nuevo, nuestro mundo. Un mundo oscuro, sin luz, ya que la luz, era él. No sabemos en qué gastamos peor nuestro tiempo, si respirando, o pensando si deberiamos dejar de hacerlo. Nada es para siempre, él ha roto su promesa de amor eterno, y yo sigo aquí, llorando, sufriendo, hundiendome cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo más.


No hay comentarios: